El Arte de la Sanación
Helio Olivares L., Ph.D., N.D.
© 2009, 2017
La definición más sencilla de Sanar es “hacer sano”. En las artes sanadoras tradicionales este acto de “hacer sano” se realiza canalizando energía vital en favor de la persona asistida, para ayudarla a mantener o recuperar su armonía orgánica.
Si la persona que recibe la energía se encuentra con su salud debilitada, la canalización le ayudará a aprovechar mejor e incluso a potenciar las facultades de regeneración de su organismo.
La sanación no es terapia, puesto que el término Terapia (del griego Therapeia = curación, cuidados brindados a un enfermo) implica ejecutar una acción curativa, esto es, orientada a atacar la manifestación de problema orgánico (la enfermedad o sus síntomas). La sanación en cambio no se orienta a una enfermedad o síntoma, sino a restaurar a la persona afectada.
La sanación tiene el propósito de armonizar al ser humano. A diferencia de la terapia que se orienta a suprimir síntomas, la sanación busca ayudar a la persona a transformarse en un mejor ser humano mediante la regulación de la bio-energía conocida también como Ki, Chi, Prana, Maná, Orgón, Tachyon, etc.
La sanación actúa ayudando a desencadenar los mecanismos de regeneración y auto-curación del organismo del receptor.
Antecedentes
La Sanación, entendida como canalización de la energía vital, ha estado presente a través de la historia de la humanidad. La encontramos formando parte de diversa clase de manifestaciones espirituales, tales como el Chamanismo, las Religiones Tradicionales y la Magia, recibiendo nombres diferentes, pero realizando prácticas similares.
Regularmente la práctica ha consistido en la imposición de manos sobre el cuerpo del receptor.
Dado que en la mayoría de las religiones y disciplinas espirituales, desde el Budismo al Cristianismo y desde los grupos espiritistas a los wiccanos, se utilizan técnicas de sanación con resultados semejantes, es posible asumir que la sanación opera de manera eficaz sin importar cuáles sean las creencias particulares del sanado o del sanador. A menudo, las creencias personales sirven para “explicar” el por qué de la sanación, atribuyendo los efectos a la acción del objeto de la fe del creyente.
Investigación
En diversas investigaciones se ha podido demostrar que la canalización de energía con las manos resulta similar al de un potente campo electromagnético, que puede acelerar la curación de ratones de laboratorio lesionados, influir en la actividad enzimática en un matraz, o afectar a las células cancerígenas contenidas en un matraz1.
En un estudio realizado durante 14 años sobre 29.000 pacientes2, se obtuvieron estos resultados:
* En intervenciones a pacientes con Crisis de Pánico, Fobias, Desórdenes Obsesivo-Compulsivos, Desórdenes de Ansiedad, el tratamiento farmacológico convencional reporta un 63% de efectividad, en tanto que los tratados con técnicas de sanación energética alcanzan un 90%.
* El número de sesiones necesarias para lograr mejoría también fue comparado. El resultado es que el 69% de los pacientes tratados de manera convencional requirieron un promedio de 15 sesiones de psicoterapia u otro tipo de intervención para experimentar resultados positivos, en tanto que con las técnicas de sanación energética, se requirieron un promedio de 3 sesiones.
¿Para qué Sirve?
Las distintas formas y modelos de sanación han sido utilizados tradicionalmente para:
* fortalecer el organismo y acelerar el proceso de recuperación orgánica,
* acelerar la regeneración celular,
* relajar y energizar mente y cuerpo,
* facilitar el crecimiento interior y el desarrollo personal,
* controlar fobias, miedos y angustias,
* facilitar el control de la depresión,
* sanar las emociones y los traumas emocionales,
* controlar hábitos,
* facilitar el control de adicciones,
* facilitar el cambio de conducta,
* complementar cualquier terapia que se utilice,
entre muchas otras aplicaciones.
Quieres Practicar el Arte de Sanar?
Te invito a conocer este programa:
* Formación de Sanadores y Sanadoras.
REFEFENCIAS
1. Andrew Stanway, coordinador, El Médico en Casa (Barcelona, Integral): 300.
2. Joaquín Andrade y David Feinstein, Energy Psychology, Theory, Indications, Evidence.
